Por aquel entonces sólo era una pequeña empresa dedicada a la reparación de equipos de ordeño de clientes de la zona de influencia de El Trébol. Las actividades comenzaron en el ex taller del padre de Saúl, quien también había sido fabricante de ordeñadoras, que debido a su fallecimiento un tiempo atrás, se encontraba cerrado y ya sin maquinaria alguna.
Los comienzos fueron muy difíciles, puesto que la actividad básica era de servicios mecánicos, la empresa era nueva y desconocida por la mayoría de los productores lecheros de la zona; hubo que empezar desde abajo y con mucho esfuerzo para ganar la confianza de los primeros clientes. En la medida en que la clientela se iba incrementando, también crecía en Carlos y Saúl la idea de fabricar repuestos relacionados con la ordeñadora y el acero inoxidable, y al mismo tiempo tratar de ampliar la zona de comercialización.
Se empezó entonces con algunos pequeños repuestos (colectores, filtros de leche, bombas neumáticas, etc.), pero el gran impulso fue la fabricación de la placa de refrescado de leche, producto que entre los años 94 y 95 se vendió muchísimo, y eso le permitió a Rodeg dar los primeros pasos en la evolución tanto en la fabricación como en la estructura de ventas, especialmente en las provincias de Santa Fe y Córdoba.
Poco a poco también comenzaron a fabricarse pequeños equipos de ordeño, que con el correr de los años se fueron sofisticando y perfeccionando, a tal punto que hoy Rodeg es una marca conocida e impuesta en el mercado nacional, compitiendo con marcas líderes nacionales e importadas, exportando sus productos a países como Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, Chile y demás países de Latinoamérica.